En primera línea: Mi viaje de la contabilidad a la auditoría interna

Aquí está mi historia de pasar de la contabilidad a la auditoría interna:

Me considero afortunado de haber trabajado siendo aún estudiante universitario. Mi especialización fue en contabilidad, y primero trabajé como empleado de contabilidad. Ambas actividades eran de tiempo completo. En ese momento, me preguntaba en qué me había metido, pero años después me di cuenta de que esto era una gran ventaja para mí, para mi carrera y mi vida en general.

Trabajé en contabilidad durante siete años y vi todo el ciclo de contabilidad. Lo que me encantó de la contabilidad fue cómo hace que todos sean honestos y cómo, al final del día, traduce los resultados de las actividades de la empresa en blanco y negro. Verlo y comprender todo el ciclo y las consecuencias de mi trabajo en el resto del ciclo fue una experiencia fascinante. Pero para mí, siete años fue un período largo para permanecer en una empresa. Aunque me encantaba la contabilidad, sentía que afuera había algo más para mí.

Durante mi tiempo como contadora, en ocasiones, me llamó la atención un grupo de personas que venían cada trimestre y se sentaban juntas en una habitación, siempre con la puerta cerrada. Me interesaba entender lo que hacían. Todos en el departamento estaban alerta cuando llegaban esas personas. Más tarde supe que estos eran los auditores externos. Esta fue la primera vez que escuché acerca de los auditores, así que busqué más información y traté de aprender tanto como pude.

Me interesé aún más cuando comencé a ver a otro equipo de personas, que también comenzaron a visitarnos sin una frecuencia definida. Tenían la misma costumbre de sentarse en una habitación con la puerta cerrada. Estos eran los auditores internos. Me dijeron que el alcance de este equipo era diferente al de los auditores externos: no solo se limitaban a los estados financieros y el ciclo contable, sino que también analizaban los procesos. Para mí, este rol era más interesante y adaptable que el de auditoría externa.

Eventualmente, decidí que había llegado el momento de comenzar a explorar diferentes oportunidades. Tenía mi licenciatura en contabilidad y estaba listo para ver y experimentar algo diferente a la industria del petróleo y gas en la que había trabajado durante tanto tiempo. Quería experimentar una industria más competitiva y exigente, desde el punto de vista del cliente.

Mi oportunidad llegó en la industria de las telecomunicaciones, donde estaba siendo considerado para un puesto de contador o auditor interno. La selección estaba clara para mí en este punto. Busqué el puesto de auditor interno. Si bien era solo un puesto de nivel de entrada, estaba listo para aprender más sobre esta fascinante profesión y evolucionar en ella. En ese momento, pensé que le daría a ese rol cinco o seis años antes de decidir cambiar de rol.

Ahora, 13 años después, sigo disfrutando de ser auditor interno. Mi carrera ha prosperado y he pasado de auditor interno a director senior. Pero eso no es lo que me mantiene comprometido en esta profesión. Estoy comprometido debido a la variedad de experiencias y desafíos que he presenciado y de los que he sido parte. Cuando me uní a la función de auditoría interna, estaba a punto de convertirse en una función de Grupo, supervisando las funciones de auditoría interna de varias subsidiarias. Tuve la suerte de haberme unido en ese momento y de conocer a un equipo de auditores internos profesionales.

He participado en tantos compromisos de auditoría, investigaciones y asignaciones especiales que han tenido un gran impacto en mí personalmente y fueron momentos decisivos para mi equipo.

Al pensar en oportunidades de liderazgo o en la oportunidad de crecer como líder potencial, definitivamente no hay mejor lugar para comenzar que la función de auditoría interna.